martes, 6 de marzo de 2012

Los sidecares artesanales más impactantes


El sidecar en serie prácticamente ha desaparecido, pero la pasión por ellos se ha transformado en modelos artesanales de lo más originales: sidecar ataúd, sidecar 2cv, etc

Foto1: Aunque tiene apariencia de Ferrari, para el sidecar su creador utilizó partes de diversos modelos como un Volkswagen Golf o un Audi 80 y la carrocería la esculpió con sus propias manos en aluminio y fibra de carbono.
El sidecar, ese elemento adosado a una motocicleta que permite que el acompañante vaya cómodo, es prácticamente una ‘especie protegida’. Desde hace años está en vías de extinción y ver uno por la calle resulta todo un acontecimiento.
A pesar de tratarse de una pieza de coleccionista, hay gente que se dedica al tuning del sidecar, que más bien se podría traducir como fusionar una motocon cualquier cosa. Todo un filón para los blogs, que se nutren de las más variopintas curiosidades. He aquí algunos ejemplos. Comienza el carnaval.
La side-volkswagen hippy
Sin duda, uno de los sidecar más conseguidos. Para los nostálgicos que durante los años 60 se entregaron a lisérgicos viajes al son de la guitarra de Jimmy Hendrix y compañía.
El sidecar de pompas fúnebres
Macabro e ingenioso es este sidecar que adosa a la moto un coche funebre… ¡con ataud y flores incluido! Y, por supuesto, no podía faltar el chófer.
El sidebañera, disfruta de un baño… en la calle
Maniáticos de la limpieza que soñáis con ducharos veinte veces al día. Aquí tenéis un invento que hará realidad vuestros deseos: el sidebañera. Sólo tenéis que tener un novio o amigo motero. La idea ha sido de algún iluminado británico, lo que adivinamos por la bandera del Reino Unido.
El side-ataúd, para vampiros moteros
Si eres ‘siniestro’, has encontrado el complemento perfecto a tu ropa ‘vampírica’, tus tachuelas y tu pintalabios negros: un sidecar con forma de ataúd negro, para amantes del mundo de ultratumba.
El sidecar vive un auge, al ser modelos personalizados, la creatividad y estravancia es enorme-
El side-piano, ¿para clásicos?
Bien se podría tender a pensar que este sidecar es el ideal para un amante de la música clásica que lleva a años enel conservatorio. Pero poco tiene de conservador su ocupante que, mientras toca el ‘Para Elisa’ de Beethoven se pasea en tanga por la carretera mostrando sus mórbidas formas.
El side-2CV, directo desde el infierno
Otra de las obras maestras de nuestra selección. Un Citroën 2CV que hace las veces de sidecar. Toda una obra de ingeniería, que reduce a la mitad el tamaño del mítico modelo, pero que mantiene a la perfección sus formas. Y el toque lo aporta el esqueleto al estilo ‘Ángeles del Infierno’.
El side-carrito de lo helados
¡Al rico helado! Chocolate, nata, vainilla… Una ‘cantinela’ que le va al pelo al sonriente conductor de esta moto con tan dulce y apetitoso sidecar.
El sidecar de la ‘vieja escuela’
Una vetusta motocicleta de las de antaño y un sidecar fabricado en mimbre que parece propio de principios del siglo XX. La vestimenta de sus dos ocupantes completa el cuadro y nos hace preguntarnos si no se trata realmente de un sidecar de hace cien años.
El side-camping, para amantes de la naturaleza
Cerramos nuestra selección con este sidecar que se convierte en una tienda de campaña. Desde luego, su utilidad es indiscutible: ahorra cargar con bártulo y permite realizar los viajes en moto.
Fuente: Motorbiker.org

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