martes, 27 de marzo de 2012

La paradoja de Abilene


La paradoja de Abilene es conocida dentro del ámbito de la sociología, y es una acción en la que la mayoría nos hemos encontrado en alguna ocasión. Un grupo de personas realizan una acción que no quieren hacer individualmente, porque nadie está dispuesto a objetar sobre ella

Foto: Jerry B. Harvey, Portada y contraportada, Libro "La Paradoja de Abilene".
En una calurosa tarde, un matrimonio y su suegra están jugando al dominó a la sombra. El suegro propone hacer un viaje a Abilene (un caluroso viaje de más de 80km). La mujer acepta «¡Gran idea!». El marido dice «A mi me parece bien, espero que a tu madre también». «Por supuesto», responde.
Tras realizar el viaje, con más horas de lo previsto, malhumorados y agotados, la suegra dice «Menudo viaje. Hubiera preferido quedarme en casa, pero acepté porque estaban muy ilusionados». El marido reconoce que vino sólo para satisfacer al resto ya que pensó que estarían aburridos, mientras que la mujer sostiene que aceptó para no estropear el plan de los demás.
Finalmente, quedan perplejos. Decidieron en común hacer un viaje que ninguno de ellos quería hacer.
Es una paradoja desde un punto de vista matemático o lógico; que un grupo de por ejemplo 4 o 10 personas, etc...decidan hacer una acción de la qual ninguno de ellos tiene ganas. No obstante, desde un punto de vista psicológico, esto se entiende desde la empatía hacia el otro y el deseo de agradar.
La propuesta sale como una concesión hacia un individuo o individuos del grupo, pero resulta que esos individuos no les gusta esa iniciativa, aunque estos se ven obligados a aceptarla por no ser descorteses.
El campo de la moda está minado de paradojas de Abilene. En el mundo cultural, el más claro es el teatro de Ibsen
Seguramente, esto os ha pasado alguna vez; y es que a menudo quedar con amigos o grupos, es un poco como capotear la irracionalidad, porque lo que queremos es hacer algo con ellos, y tomamos iniciativas para agradar y para que se sientan cómodos; y ellos con nosotros igual. El caso es que todo esto, va engrasado por cierta hipocresía social o digamos-lo de otra manera: nadie dice totalmente la verdad descarnadamente, para no ofender...
TOdo esto da pie a la paradoja de Abilene que tiene muchas variantes: ir a las despedidas de soltero de amigos cuando no nos gustan a nadie ese tipo de despedidas de soltero (el caso más claro de la paradoja de Abilene), hacer yoga con un grupo de amigos cuando todos preferís claramente el yoga ibérico más tradicional: la siestacomer sushi porque está de moda, dejarse la barba y gafas de pasta porque se lleva, comprarse un todoterreno, o hablar de la crisis cada dia o del terrorismo islámico.
El campo de la moda está minado de paradojas de Abilene. En el mundo cultural, el más claro es el teatro de Ibsen.
Foto: Diario Público. Representación de Casa de Muñecas, del autor danés Ibsen.
Quedar con un grupo de gente sensible y aculturada y ir a ver una obra de Ibsen; con sinceridad....es muy difícil que a alguien le guste ese tipo de teatro de dos sillas y texto en el que no pasa nada. Pero cómo nos dicen que esta bien, vamos..
Para no caer demasiado en paradojas, y chocar demasiado en la vida social por rechazar peticiones; siempre está la opción de elegir bien y saber bien lo que uno le gusta, y admitir el mínimo de compromisos y opciones nefastas, los ineludibles. Desgraciadamente, en éstos estan actos como comuniones, y despedidas de soltero.
Fuente: Propia. Imágen libro de Jerry B. Harvey, "La paradoja de Abilene"

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