lunes, 16 de abril de 2012

El hombre más litigante del mundo demanda al libro Guiness por citar su record


Foto: Diario Público.
La historia de Jonathan Lee Riches es la de un tipo enfadado con el mundo, y ha demandado a numerosos famosos, aprovechando la legislación americana, donde es muy barato litigar por algun resquicio legal y esperar que suene la flauta
. Riches ha aprovechado su estancia en la cárcel, donde cumple condena por usurpación de identidad, para demandar a Britney Spears, los periodistasPerez Hilton y Martha Stewart o al mismísimo Steve Jobs, este último por contratar los servicios de O.J. Simpsons en 1993.
La última víctima de Riches es el libro Guiness de los Récords, que le introdujo en sus páginas precisamente por su afición por acudir a los juzgados a limpiar su ‘honor’, como tertuliano de ‘Salsa rosa’. La editorial le retiró de sus páginas, vaya a ser que los tribunales le den la razón. Aunque ves a saber, si ahora Riches demanda al libro de los records, por no incluir su record de litigios...... Todo es posible, y yo no lo descartaría.
Allen Heckard demandó en 2006 a Michael Jordan por parecerse a él.Efectivamente, ambos son negros, calvos y llevan un arete en la oreja izquierda
Y es que, como bien es sabido, poner una demanda en EEUU sale barato, menos de 200 dólares y, si suena la flauta, te puede solucionar la vida. Valga el caso de Allen Heckard, un tipo que demandó en 2006 a Michael Jordan por parecerse a él.
Efectivamente, ambos son negros, calvos y llevan un arete en la oreja izquierda, pero Michael es dos palmos más alto, jugaba como los ángeles al basket y es multimillonario.












Este último dato no se le escapó al avispado Heckard, que pidió la friolera de 832 millones de dólares en concepto de daños y perjuicios, por las molestias que le suponía llevar media vida aguantando a la gente que le pedía autógrafos, pensando que se trataba del verdadero Michael Jordan. En concreto, Heckard exigió 416 millones de dólares a Jordan y otros tantos al dueño de Nike, Phil Knight, por patrocinar a la estrella.
Con muy buen criterio, el juez no le dió la razón. Pero en otros muchos casos, el juez se ha decantado por el litigante, como el conductor que demandó a una compañía de autocaravanas, porqué se estrelló a 120 km por hora después de poner el "control cruiser". Como sabemos, este dispositivo fija el acelerador en unos kilómetros por hora, pero eso no significa que sea un control automático de conducción. El litigante, se fué atrás de su estrenada autocaravana, esta no hizó el giro oportuno (no estaba pensada para eso) y se pegó un castañazo con vueltas de campana incluidas...
Resultado: autocaravana nueva y indemnización por no indicar que el control automático no es pilotaje automático.
Fuente: Odd Culture, Diario Público

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